viernes, diciembre 15, 2006

¡¡ Navidad, Navidad dulce Navidad !!

Ya estamos en Navidad, ya está todo de color rojo y dorado, nuestras calles, nuestras tiendas, nuestras casas ...

Llega esa época en la que todo el mundo es féliz y si no lo es pues se lo hace y punto y pelota, que pa eso es Navidad.
Todo nos parece bien en estas fechas;
- Que no nos toca la loteria y hemos tirado cientos de euros. Da igual, ya nos tocará el año que viene, y además, lo importante es la salud ¿o no? y esa gracias a Dios no nos falta ...
- Que nos habla esa persona a la que odiamos, y nunca le responderiamos a no ser que nos estuvieran apuntando con un rifle, pues le contestamos porque estamos en navidad y es época de paz, y si se pone tonto incluso se lleva un abrazo y un beso.
- Que el Papa Noel de turno de la tienda de la esquina nos da el coñazo con los puñeteros caramelitos de menta que nunca nos comemos y que tenemos rodando por casa hasta que nos decidimos a tirarlos, pues se los cojemos y le sonreimos pidiéndole implicitamente que al día siguiente nos espere en el mismo sitio.
- Que nos meten el codo en los riñones y el niño de al lado nos mancha con la manzanita dichosa en la cola del belén pues no pasa nada porque son esos locos bajitos que tan ilusionados están en estas fechas.
- Que en la cabalgata de reyes te saltan un ojo de un caramelazo, pues te aguantas sin chistar poque eso es una tradición y es lo que hay.

En fin, que bonita es la Navidad y que de putadas se perdonan!!

lunes, diciembre 11, 2006

La suerte de vivir al otro lado del estrecho

14 kilómetros separan a ricos y pobres, al despilfarro de la necesidad y al hambre de la saciedad. Sólo 14 kilómetros que casi se podrían hacer a nado, suponen una diferencia de décadas de atraso.

En mi travesía entre Algeciras y Tánger no podía dejar de pensar en esos cientos de personas que se habrían quedado en el camino, en tanta gente que se había arriesgado a nadar pero nunca llegó al otro lado. Al llegar a Marruecos me encontré con un país con sello propio, de esos que dejan huella. Un país con astucia, la que da el hambre y la necesidad, pero por otro lado hay algo que te atrapa y hace que el sabor de boca final sea dulce y regreses con ganas de volver de nuevo.

Si teneis la oportunidad os aconsejo que vayais, que os asomeis a un sitio que aunque tan cerca está tan lejos, porque yo creo que merece la pena. Cambia el chip y te hace ser más consciente de la suerte que tenemos de vivir al otro lado del estrecho.